Cinco grandes sindicatos turcos iniciaron este lunes una huelga de 24 horas en protesta por el violento desalojo en el parque de Gezi de Estambul, centro de las manifestaciones antigubernamentales que se extendieron por el país.
"El partido gobernante de la Justicia y el Desarrollo lanzó una ofensiva contra la Nación, que se niega a respetar los derechos y las libertades de los turcos", señaló el grupo de sindicatos en un comunicado, informó el diario Hürriyet.
La Confederación de Sindicatos Progresistas, la Confederación de Sindicatos del Sector Público, Sindicato de Médicos Turcos, la Unión de Cámaras de Ingenieros y Arquitectos de Turquía y el Sindicato de Dentistas turcos son los grupos convocantes.
El grupo, conformado por cientos de miles de personas en todo el país, también pidió a la gente tolerancia a causa de la interrupción de los servicios, y exigió el apoyo para que acudan a las plazas para exigir una Turquía igualitaria, libre y democrática.
Ante ello, el Ministro del Interior, Muammer Güler, declaró "ilegal" la huelga y advirtió que cualquier manifestación será reprimida sin miramientos.
Policías antimotines respaldados por cañones de agua enfrentaron a alrededor de mil trabajadores sindicalizados en la capital Ankara.
En tanto, miembros de la Policía usaron megáfonos para ordenar a los trabajadores que pusieran fin a su marcha hacia el distrito Kizilay de Ankara.
La convocatoria de la huelga se produce cuando la Policía y los manifestantes se enfrentaron esporádicamente en Estambul anoche después de un fin de semana de enfrentamientos en la ciudad.
La Policía antidisturbios, apoyados por un helicóptero, dispararon gas lacrimógeno y persiguieron a grupos de jóvenes que arrojaban piedras alrededor de la plaza de Taksim, el domingo por la noche, tratando de evitar que se reagruparan.
Las autoridades bloquearon todas las carreteras que conducen a la plaza de Taksim, que fue ocupada durante 18 días por los inconformes contra los planes para reurbanizar y construir un centro comercial en el parque Gezi.
Los enfrentamientos han empañado la imagen que tenía Turquía como un oasis de estabilidad en los márgenes de la zona de Medio Oriente, y representa el mayor desafío al Gobierno del Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan en los últimos 10 años.
Erdogan justificó el desalojo del parque Gezi argumentando que sus ocupantes querían quedarse pese a sus promesas de que cumplirá la voluntad popular respecto al polémico proyecto de reurbanizar la zona.
El detonante de las manifestaciones fue el proyecto de demoler Gezi, pero la represión de las primeras protestas desencadenó una gran movilización en Estambul y otras ciudades de Turquía contra el autoritarismo de Erdogan y el avance de su agenda islamista.
Erdogan ha gobernado durante tres periodos consecutivos desde 1994 luego que su organización política, Partido de la Justicia y el Desarrollo, ha ganado las tres últimas elecciones generales.