Por: Ciro Gómez Leyva (La historia en breve)
A las cosas excepcionales que han ocurrido en Michoacán este año habrá que añadir la de ayer en Tepalcatepec. El líder del grupo de autodefensa de ese municipio, José Manuel Mireles, organizó de urgencia una reunión con sus pares de siete comunidades. Asistieron, también, un representante del gobierno de Michoacán y del Ejército mexicano.
Según cuenta Miereles, ante el militar, él y los líderes de las autodefensas de Aguililla, Aquila, Coalcomán, Villa Victoria, Buenavista, La Ruana y Cherán, pusieron un plazo al gobierno de Michoacán: que se libere a más tardar el lunes “a los inocentes de Aquila”.
Como se sabe, fuerzas federales llegaron a Aquila el miércoles para apoyar la detención de cinco personas. Terminaron llevándose a cuarenta y tantas.
“Si traían cinco órdenes de aprehensión, nada más, entonces por qué se llevaron a 45, si además solo había cinco armas de uso exclusivo del Ejército, porque las otras eran carabinas y rifles 22, de los que usamos por aquí, puras cosas legales”, me dice Mireles. “Le dimos hasta el lunes al director de Gobernación de Michoacán para que libere a toda la gente que no tiene por qué estar detenida. Que se queden adentro los que secuestran, los que traían cuernos de chivo, pero a todos los demás hay que liberarlos”.
¡Nada más! No. Los líderes de las autodefensas michoacanas afirman que le pidieron al Ejército que no apoye más acciones como la del miércoles, “porque son órdenes de aprehensión que sabemos que se están inventando”.
—¿Nada más?
—Lo pedimos los ocho grupos. Y nada más nosotros somos 37 mil habitantes. Y yo tengo aquí 3 mil gentes armadas.