Los más de 939 millones de pesos presuntamente desviados en la Administración de Andrés Granier fueron enrollados en ligas, acomodados en cajas de cartón y guardados en una bóveda a cuya puerta no le ponían seguro. Después de un día, el dinero desaparecía.
Esperanza Mayo, ex responsable de la caja fuerte de la Secretaría de Administración y Finanzas de Tabasco, declaró a la Procuraduría de Tabasco que la única persona que tenía llaves de la rejilla de la bóveda, aparte de ella, era el director de Tesorería, Alejandro Villegas.
En 2011 y 2012, por instrucciones de Miguel Ángel Contreras, ex subsecretario de Egresos estatal, se retiraron 5 mil 102 millones 196 mil 998 pesos en efectivo de las participaciones federales, dinero que se depositó en esa bóveda. La mayoría del efectivo fue devuelto, salvo 939 millones. "Yo sólo me enteraba cuando llegaba el servicio de Cometra con dinero en efectivo y firmaba de recibido, posteriormente yo corroboraba que la cantidad indicada en la papeleta fuera la que me estaban entregando los de Cometra", relató a las autoridades el pasado 15 de mayo. "Sólo verificaba la cantidad que mencionaba cada fajilla y que el total coincidiera con lo que decía la papeleta, porque nunca se contó el dinero, sólo le quitábamos los fajillos, se le ponían ligas y se quedaba en cartones". Mayo, con más de dos décadas de servicio en la dependencia estatal, renunció el 15 de marzo a su cargo. Esta semana fue detenida y en las próximas horas un juzgado federal decidirá si le dicta la formal prisión por lavado de dinero. En su testimonio, afirma que ella sólo recibía órdenes, que nunca hizo una gestión o elaboró alguna solicitud de dinero efectivo al banco, porque el único que tenía la facultad de hacerlo era Contreras. La única responsabilidad que asumió es la vigilancia de la recepción del efectivo. "Siempre lo hice por instrucciones de mi jefe Alejandro Villegas, e incluso en algunas ocasiones fue éste quien recibió el dinero", detalló al MP. "Cuando el personal a mi cargo hacía algún trámite de dinero la solicitud siempre especificaba la aplicación que se daría al dinero, es decir, para pago de nóminas, para pago de notificadores, para pago de nómina foránea". Según la narración de Mayo, cada 15 días Contreras solicitaba el retiro de los recursos de las participaciones para los distintos programas de Gobierno. Y cuando llegaba el efectivo a la bóveda, sólo permanecía una tarde. Lo que sostiene la PGR en su acusación es que los funcionarios devolvieron 6 mil 413 millones 441 mil 935 pesos a las cuentas de los programas sociales, los cuales originalmente tenían 7 mil 402 millones 620 mil 504 pesos. La diferencia tuvo un destino hasta hoy desconocido. Un detalle que quedó al descubierto fue que los responsables de la bóveda no tomaron tampoco las medidas de seguridad necesarias para el resguardo del dinero. "Normalmente dejaba la puerta de la bóveda cerrada, pero sin seguro. Es decir, no le giraba al botón para que pudiera abrirse, pero la reja interior siempre permanecía cerrada con llave", declaró Mayo. ¿Cuánto tiempo permanecía cada remesa de dinero resguardada en la bóveda?, le preguntaron. "Normalmente una tarde, porque allí se dejaba y al día siguiente ya no estaba", dijo. ¿Qué otra persona tenía la llave de la reja principal de la bóveda? "Aparte de mí, también tenía un juego de llaves el director, o sea, Alejandro Villegas Aparicio". ¿Cómo se explicaba que al día siguiente que llegaba a laborar ya no estuviera el dinero? "Pues por razón lógica, daba por entendido que lo sacaba mi jefe por las instrucciones que me daba". |